“Miniaturas”
son un conjunto de cuentos cortos de Jorge Calvo (Santiago, 1952), la más reciente obra de este escritor chileno de larga trayectoria que nos acostumbra a relatos donde despliega una escritura que cautiva por su frescura y agilidad narrativa. Tiene una serie de cuentos publicados donde destacan títulos como “No queda tiempo” (1985), “Fin de la inocencia” (2003) o “El emisario secreto” (2004).
“Miniaturas” nos pasea por una temática existencialista contemporánea, con un dejo algo culterano, donde se mencionan connotados creadores tales como Homero, Cervantes, Joyce, Kafka, Borges, el pintor expresionista Oskar Kokoshka e, incluso, músicos a la manera de Louis Armstrong, John Lennon o Joan Manuel Serrat. De referencias bastantes crípticas, estresantes, Calvo nos lleva abruptamente a situaciones candorosamente cotidianas, con gatos que se hacen los cuchos, anécdotas infantiles, conversaciones en algún mítico Café, sismos y las invariables obsesiones del ajedrez y la amatoria como inquietudes permanentes en sus relatos.
Este subgénero literario, bastante en boga en la sociedad exprés que transitamos, con textos que se leen a la velocidad del ritmo de vida actual, encuentra en Calvo una pluma que con dos o tres trazos da cuenta cabal de un ambiente ya sea éste urbano o rural, del carácter de sus personajes o puede desentrañar un misterio policial, cuando no íntimo, esotérico o mitológico, generalmente por nocaut, con un golpe seco al mentón, a modo Julio Cortázar.
Para manejarse en la brevedad del microcuento hay que echar mano a variados recursos; a saber, la intertextualidad, la elipsis – como una forma de resumir el discurso saltándose adjetivos, etapas y no pocas veces utopías enteras de un solo brinco-, también hay que tener mirada periférica para captar el detalle microscópico y la síntesis holística al mismo tiempo (donde cronos y kairós se toman de la mano), el dominio de códigos y lenguajes atemporales, la fragmentación, la deconstrucción, pero especialmente se debe contar con la complicidad de un lector avispado, atento y activo capaz de seguir y continuar la invención propuesta por el autor. En este territorio Calvo se siente cómodo, porque es un escritor de reconocido oficio. Un botón de muestra; leamos el cuento “El pescador”: “En las camanchacas de tu alma extravié mis redes”. Punto. Mejor, imposible… Estamos en presencia de un trabajo literario de alto vuelo estético, imprescindible hoy por hoy para re-humanizarnos en este mundo que pareciera ir a la deriva. “Bueno, por eso existe la filosofía, la religión y el tango. Todo lo que sigue es fábula”.
Talca, 2 de septiembre 2017.
Reviews
There are no reviews yet.